Las Razas Elficas

Docenas de razas inteligentes pueblan el universo de Elder Scrolls. A grandes rasgos, estas pueden catalogarse entre Razas Humanas, Élficas y Bestiales. En el artículo de hoy os hablaremos brevemente de las Razas Élficas, aquellas con una esperanza de vida más longeva de lo normal y aptitudes mágicas innatas.

Todas las razas élficas descienden de una raza original, que recibe el nombre de Aldmer. Los Aldmer son considerados descendientes directos de los dioses, y de ahí se especula su excepcional longevidad. Se especula que procedían de una isla-ciudad llamada Aldmeris, la cual tuvieron que abandonar por causas desconocidas, llegando entonces a Tamriel. Su nuevo hogar sería lo que hoy conocemos como las Islas de Estivalia, y fueron los primeros en rendir culto a los Aedra. Posteriores migraciones aldmeri hacia el resto del continente acabarían dando lugar a nuevas razas élficas, que por lo general se adaptaron al medio en el que se encontraban. Aquellos que optaron por quedarse en las islas de Estivalia y Auridon pasarían a ser conocido como los Altmer, los Altos Elfos. Los Altmer comparten gran parte de la cultura original de los Aldmeri, y se considera que las principales casas nobles y gobernantes de Estivalia son Aldmeri puros. La Reina Ayreen de Alinor lleva con orgullo el apellido Aldmeri.

Summerset

Otra de las razas élficas más importantes durante la Era Merética (la llamada Era de los Elfos, mucho antes de la fundación del Primer Imperio de los estados que hoy conocemos en Elder Scrolls) es la de los Dwemer, los Elfos de las Profundidades. Asentados en la región de Morrowind y Páramo de Vvanderfell, se cree que procedían de las Islas de Estivalia al igual que sus parientes, pero acabaron evolucionando a una raza distinta de todas las demás. Los dwemer eran seres no demasiado altos, pero la gran mayoría lucían una poblada y larga barba negra, con piel color oliva. Sin embargo, su rasgo más característico fue el rechazo de la religión en general. En lugar de rendir culto a seres divinos y más poderosos, optaron por las leyes de la lógica y la razón. Los dwemer construyeron un imperio que se extendería desde Morrowind hasta Skyrim, Páramo del Martillo y hasta la lejana isla de Stros M’kai.

La clave de su rápido progreso y su fuerza militar estaba en la construcción de máquinas prácticamente autónomas, alimentadas por gemas del alma y que podían cumplir con diferentes propósitos. Desde unidades defensivas y poderosas máquinas de guerra hasta arañas mineras y siervos domésticos. Se sabe que los dwemer tuvieron graves conflictos y guerras con sus vecinos nórdicos y chimer, y que emplean el sistema de la esclavitud. El en el séptimo siglo de la Primera Era, tras la Batalla de la Montaña Roja, los dwemer desaparecieron sin explicación alguna. Todo cuanto queda de su legado son sus ciudades muertas y sus máquinas aún activas.

Como vecinos de los dwemer encontramos a los Falmer, los Elfos de las Nieves. Esta fue una de las civilizaciones más prósperas, asentados en lo que hoy conocemos como Skyrim, hasta la llegada de los hombres al continente. El choque entre falmer y los hombres de Atmora era inevitable, y culminó con un genocidio de elfos por parte de Ysgramor y sus Compañeros y la expulsión de estos de sus tierras ancestrales. Sin un lugar al que huir o donde refugiarse, los falmer recurrieron a su último aliado: los dwemer. Las dos razas habían tenido más de un conflicto o encontronazo militar, por lo que suponemos que esta fue una medida desesperada. Los dwemer aceptaron a los falmer en su sociedad y en sus ciudades subterráneas, solo para esclavizarlos después y usarlos como bestias de carga y trabajos forzados. Con la desaparición de los dwemer, los falmer lograron su libertad pero perdieron su intelecto en el proceso. Los falmer que encontramos hoy en Elder Scrolls no son más que una sombra de lo que antaño fueron: privados de la vista por macabros experimentos y la continua oscuridad, son considerados poco más que una sociedad primitiva que no conoce nada más que la violencia.

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También en la zona septentrional de Tamriel encontramos a los Chimer, los Elfos del Norte. Los chimer fueron una población de altmer que rechazaba el culto a los Aedra, eligiendo en su lugar a los más poderosos Daedra. Considerados como desviados, fueron guiados por el Profeta Veloth hasta unas lejanas tierras que había visto en sueños (guiado a su vez supuestamente por Azura), llegando finalmente a lo que hoy conocemos como Morrowind. Aquí encontrarían a los dwemer, que se burlaron de su culto a los dioses y con quienes tuvieron un gran número de guerras y conflictos fronterizos. En la famosa Batalla de la Montaña Roja, donde dwemer, nedes y chimer combatieron en su enfrentamiento final, todo cambiaría para esta raza. Tres chimer escalarían la montaña y encontrarían el legendario Corazón de Lorkhan. Accedieron a su poder y se convirtieron en dioses, lo cual desató la ira de Azura, y que acabaría maldiciendo a toda su raza y descendencia. Los chimer se convirtieron en Dunmer, los Elfos Oscuros. Su aspecto físico resultaba ser muy similar al de los modernos elfos oscuros, pero con la piel más clara y de un tono plateado.

Los tres chimer que se convirtieron en dioses fueron Almalexia, Vivec y Sotha Sil, formando el Tribunal. Mientras que Sotha Sil se dedicaría al estudio y comprensión de las artes de la maquinaria dwemer, sus dos hermanos se centraron en la política y las artes. Vivec sufrió una transformación parcial tras la corrupción de Azura, quedando la mitad de su cuerpo dwemer y la otra mitad chimer. Almalexia es la única que se mantuvo pura con su piel clara, por lo que es considerada la última chimer de Tamriel. A efectos prácticos esta raza se considera extinta, pero su cultura y civilización se ha mantenido gracias a los actuales dunmer.

Pero los dunmer no son los únicos que han sido corrompidos o malditos por los dioses, pues este es el mismo caso de los Orsimer, los elfos malditos. El campeón élfico Trinimac mostró su rechazo y enfado al éxodo migratorio de Veloth y su gente hacia Morrowind, por lo que retó al patrón de los chimer a un combate. Esta era, sorprendentemente, Boethia. Ambos iniciaron un duelo legendario, Príncipe Daédrico contra elfo, y a punto estuvo de ganar Trinimac. Sin embargo, un segundo Príncipe entró en escena: Mephala, apuñalando por la espalda al campeón. La historia difiere en este punto. Hay quienes dicen que Boethia maldijo a Trinimac, y otros que se lo comió y lo vomitó corrompido. De un modo u otro, Trinimac se convirtió en Malacath, Príncipe Daédrico de las Maldiciones. Y todos aquellos que le habían seguido hasta entonces se convirtieron en orcos. Mientras que Mephala, Boethia y Azura se convirtieron en los dioses del panteón chimer, Malacath se convirtió en el dios de los nuevos orsimer.

Los orcos tienen su hogar ancestral en las montañas de Wrothgar, pero al ser un pueblo nómada se sabe de asentamientos orcos en Skyrim, Alta Roca, Morrowind, Cyrodiil y Bosque Valen. Durante siglos se les ha considerado como un pueblo bárbaro y primitivo, movido solamente por la codicia y la sed de sangre. Ciertamente, son considerados como los mejores guerreros de Tamriel, pero también como excelentes artesanos y herreros. Históricamente su sola presencia ha levantado el recelo de sus vecinos. Los orcos del bosque tienen enfrentamientos constantes con los bosmer de la Dinastía Camoran, así como aquellos asentados en las regiones de Craglorn y Wrothgar. El primer intento de crear una ciudad-estado orca, Orsimer, consiguió unir a históricos enemigos como los bretones y los guardias rojos con el único pretexto de acabar con los orcos. Por suerte fallaron, y los orcos se mantienen hasta nuestros días.

En la zona centro y sur de Tamriel podemos encontrar a los Ayleid, de los cuales ya hablamos brevemente en el anterior artículo. Los ayleid vieron fin a su imperio con el auge de los nede que más tarde se convertirían en imperiales. En la cúspide de su civilización, los ayleid colonizaron Cyrodiil, Alta Roca, Ciénaga Negra y Bosque Valen. En esta última región encontramos a los Bosmer, los elfos del bosque. Los bosmer son el resultado de los primeros aldmer que se instalaron en el Bosque Verde, y de cómo se adaptaron a este medio hostil. Los primeros elfos del bosque eran cambiaformas, seres capaces de alterar su cuerpo mediante magia y transformarse en animales como arañas, osos, ciervos o tigres. Resultaba muy difícil distinguir a uno de estos seres de un animal normal, hasta la llegada del Pacto Verde.

El Dios del Bosque, Y’ffre, ofreció a los bosmer una alianza: ellos renunciarían a comer plantas, vegetales, frutas y en general nada del bosque, y él a cambio les protegería de su naturaleza volátil y traicionera. De este modo los bosmer renunciaron a cualquier alimento vegetal (o a utilizar fibras de origen vegetal en construcción, por ejemplo) y pasaron a comer únicamente derivados animales. Esto caracteriza su cultura y sociedad, aunque también les ha causado un gran número de problemas con sus vecinos. Cualquier afrenta al Bosque Verde suele pagarse con la vida, y está bien vista la práctica del canibalismo. Por otro lado se ha potenciado el comercio y el trueque, pues los bosmer importan madera de otras regiones, como por ejemplo Elsweyr.

Como hemos visto, la mayoría de razas se originaron a raíz de una migración voluntaria o forzosa de los aldmer originales de las Islas de Estivalia. También existe el caso de los Maormer, los elfos marinos. Los maormer eran los mejores marinos y navegantes aldmer de la Isla de Estivalia, pero tuvieron un encontronazo con los líderes de las islas y fueron forzados al exilio. Encontrarían su hogar en un continente al sur de Tamriel, Pyandonea. Este archipiélago se acabaría convirtiendo no solo en un paraíso para estos elfos repudiados, sino también en una fortaleza inexpugnable.

Cuando la primera flota maormer atacó Estivalia, la flota altmer zarpó en su búsqueda pero nunca llegaron hasta Pyandonea. Alrededor del continente se halla una tormenta eléctrica continua, una que solo los buques serpiente maormer pueden cruzar sin peligro. Desde entonces, los maormer se sienten seguros de atacar las Islas de Estivalia y de Bosque Valen sabiendo que el enemigo no puede seguirles hasta casa. Poco se sabe de estos escurridizos elfos, salvo breves apariciones en la trama principal del Dominio Aldmeri y en ciertas zonas de la Isla de Estivalia en Elder Scrolls Online.

Pero no solo estas son consideradas razas élficas. Los Bretones de Alta Roca, aunque humanos, compartieron territorio con los Ayleid y con los Altmer del Clan Direnni. Cuando la civilización y cultura Direnni comenzó a decaer, los bretones ocuparon sus tierras y moldearon sus ciudades asemejándose a las élficas. La cultura caballeresca, las principales casas nobles y los códigos de honor y servidumbre tienen su origen en la cultura élfica de los Direnni y los Ayleid que se establecieron en Alta Roca. De manera similar a los bosmer, los bretones son considerados como una de las razas semiélficas.

En el siguiente Capítulo de Elder Scrolls Online, el Legado de los Bretones, disfrutaremos de la reaparición de los maormer como antagonistas y por supuesto de las casas nobles bretonas del Archipiélago de Systres. Os esperamos en el siguiente artículo con más curiosidades e historia de Elder Scrolls, ¡hasta la próxima!

Las Razas Élficas de Tamriel
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