¡Buenas a todos! En el artículo de hoy hablaremos de los humanos que pueblan (o han poblado) el continente de Tamriel. Quizá muchos penséis que los humanos son una única raza que se extiende por diferentes provincias y territorios, pero todo lo contrario: sus diferencias son mucho más que el color de piel, ojos o cabello… o la religión.

Empecemos por el principio. Los humanos llegaron a Tamriel en dos grandes migraciones, siendo la primera la de los Atmoranos. ¿Os suena Ysgramor? Ysgramor fue un Rey de Atmora que huyó de su patria y de la guerra civil que la asolaba, llegando a lo que hoy conocemos como Skyrim. Su recibimiento y el de los que le acompañaban no fue muy cálido, y pronto comenzaría una guerra entre estos y los habitantes de Skyrim por aquél entonces, los elfos de las nieves. Tras un cruento conflicto los atmoranos se impusieron a los elfos, y pronto comenzarían a expandirse por todo Tamriel. Aquellos que se establecieron en las frías tierras del norte pasarían a ser conocidos como Nórdicos.

Hubo otros humanos en cambio que buscaron tierras más cálidas donde poder asentarse. Muchos acabaron en el centro del continente: Páramo del Martillo, la Cuenca del Nibenay, las Tierras Altas de Colovia, la Costa Dorada y hasta las lejanas tierra del Bosque Negro y Ciénaga Negra. Estos pasarían a ser conocidos como los Nede, y se acabarían enfrentando a problemas mucho mayores que sus vecinos nórdicos. Pues al igual que estos, encontrarían la ferocidad de los elfos que ya vivían en esos territorios. La mayor parte de los nede fue esclavizada por los Ayleid del centro de Tamriel, tal y como os contamos en el artículo de los Imperiales de Cyrodiil. De los nede que se enfrentaron a los esclavistas Ayleid surgirían los Imperiales, quienes sean probablemente la fuerza militar más poderosa y efectiva de la historia de Tamriel.

Ciertos clanes y comunidades nede lograron instalarse al este del Paso de Bangkorai, en la región de Craglorn… y durante un tiempo vivieron en paz y armonía con sus vecinos. Otras familias más pequeñas encontrarían un hogar en Bosque Valen y en Ciénaga Negra. Estos últimos recibirían el nombre de Kothringi y lamentablemente se consideran extintos debido a la Gripe de Knahaten. Mientras que los nede eran de piel clara, los kothringi desarrollaron una tez más oscura casi metálica. Los que se instalaron en la espesura de Bosque Valen acabarían emparentándose con los Aldmeri de la zona, siendo conocidos actualmente como Elfos del Bosque, o bosmer.

El último gran grupo de humanos de esta primera oleada migratoria cruzaría las montañas de Wrothgar y se instalaría en Roca Alta, donde también fueron esclavizados por una familia élfica, los Direnni. Eventualmente los feudos y territorios Direnni comenzaron a colapsar, similar a lo ocurrido con sus vecinos Ayleid, y serían los humanos quienes ocupasen su puesto como dirigentes de la región. Estos humanos desecharían sus costumbres más tribales y arcaicas para moldear su nueva sociedad al estilo élfico. Imitarían sus costumbres, sus códigos de honor, de conducta y crearían sus propias órdenes de caballería, casas nobiliarias y amplios castillos en colinas y puertos. Al igual que en Bosque Valen, los humanos acabarían emparentándose también con los Direnni, teniendo como resultado la raza de los Bretones. Los bretones pueblan Roca Alta y la mayoría de islas de la Bahía de Iliac, a excepción de la Isla de Balfiera (último reducto de los Direnni). Recientemente hemos sabido que los bretones también cuentan con pequeños feudos y colonias penales fuera de sus fronteras, como el archipiélago de las Systres: Isla Alta y Amenos.

Nadie pone en duda que vivir en un castillo, rodeado de seda y lana y con comida caliente todos los días es un gran progreso, pero no todos los bretones aceptaron este cambio de buena gana. Sí, la calidad de vida era excepcional, pero ello requería traicionar a los valores, costumbres y tradiciones de tus antepasados. Hubo aquellos que se negaron a imitar el estilo de vida élfico, manteniendo su culto a los daedra y a los Antiguos Dioses a la vez que realizaban sacrificios humanos y animales para complacerlos. Los nórdicos les llamaron bárbaros o tribales, o incluso Renegados, pero el nombre más aceptado es el de Hombres de la Cuenca. Estos bretones no tienen una región propia como tal, sino que se asientan en los territorios que logran arrebatar a sus vecinos mediante la conquista.

Sus choques con el el Reino de Skyrim Occidental y con la Comarca de Falkreath son bien conocidos en la zona, así como la ciudad capital de este pueblo: Markarth. ¡Pero no os confundáis! Que vivan en cuevas, que vistan pieles y que realicen sacrificios no quiere decir que sean estúpidos o poco desarrollados. La cultura de los Hombres de la Cuenca está al nivel de cualquier otra civilización de Tamriel.

¿Recordáis que hemos comentado la existencia de dos oleadas migratorias? Pues la segunda no fue tan importante como la primera, pero acabaría desplazando a los nedes de uno de sus recién conquistados feudos. Hablamos de los Yokudan. Al contrario que los Nede, estos hombres lucían una piel oscura, así como su pelo. Grandes guerreros, marinos, duelistas y poetas que tuvieron que abandonar su hogar debido a una catástrofe. El archipiélago de Yokuda se ubicaba entre Páramo del Martillo y las Islas de Estivalia, y estaba habitado tanto por humanos como por los llamados Elfos Siniestros.

No se sabe mucho acerca de la historia de estos elfos o de las propias islas, pero en un momento dado fueron sumergidas y destruidas. Los humanos que lograron escapar a tiempo desembarcaron en el Desierto de Alik’r y pronto se expandirían por toda la región. El choque con los nede fue inevitable, pero como resultado surgiría la raza de los Guardias Rojos.

Esperamos que os haya gustado la sección de hoy, y esperamos poder compartir con vosotros otro ratito comentando la ambientación e historia de Elder Scrolls. ¡Un saludo a todos!

Las Razas Humanas de Tamriel
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